Por Manu de Ordoñana
Hasta hace poco, el escritor se desentendía de la tarea promocional de su libro, de eso se encargaba su agente o la propia editorial. Ahora, con la autoedición, ese rol lo ha de asumir el propio autor. Es una trabajo que muchos escritores se niegan a realizar, por considerarlo indigno a su condición, una actitud que yo no voy a discutir. El problema es que si nadie realiza esa labor, lo probable es que no venda más de 50 ejemplares, lo que a muchos les importa un bledo, si escriben por diversión. Pero si quiere ganar dinero con su libro ─o lo necesita porque vive de ello─, no tendrá más remedio que aplicarse en la promoción.
Escribir, corregir, maquetar,
componer, autoeditar… todo eso lo sabemos hacer, o lo podemos obtener gastando
un poco de dinero. ¿Y ahora qué? La imprenta te ha enviado 500 ejemplares de la
novela que terminaste de escribir hace tres meses. Ya tienes el producto, has
establecido un precio (cuidado, no te
pases). Pero un plan de marketing eficaz te obliga a actuar en 4 direcciones y
te faltan dos: la promoción y el canal de distribución. Si te has decidido por
la autoedición y quieres cosechar un cierto éxito, tienes que cerrar el ciclo y
ocuparte de estos dos capítulos. En este artículo, analizaremos el primero.
Promocionar un libro
Antes, si un escritor conseguía
publicar su libro, él se desentendía de la tarea promocional, de eso se
encargaba su agente o la propia editorial. Ahora, con la autoedición, ese rol
lo ha de asumir el propio autor. Él tendrá que dedicar un tiempo para dar a
conocer su obra, mermando así su capacidad para abordar un nuevo proyecto. Es
una trabajo que muchos escritores se niegan a realizar, por considerarlo
indigno a su condición, una actitud que yo no voy a discutir. El problema es
que si nadie realiza esa labor, lo probable es que no venda más de 50
ejemplares, lo que a muchos les importa un bledo, si escriben por diversión.
Pero si el escritor quiere ganar
dinero con su libro ─o lo necesita porque vive de ello─, no tendrá más remedio que aplicarse en la promoción. El comprador de
un libro adopta una actitud vehemente de adquirirlo en el momento que lo asocia
con un escritor del que posee una opinión favorable. Pero si nunca ha oído hablar
de él, le provoca una sensación de rechazo difícil de superar.
Mas ¿cómo un autor desconocido puede llegar a la fama? ¿por qué un escritor mediocre arrasa con un bestseller de escaso mérito y otro más exquisito no acierta a salir de la penumbra? Le falló la promoción, la publicidad, seguro. El problema es que todo eso cuesta dinero y un escritor diletante que acaba de escribir su primera novela no lo tiene. Vayamos por partes:
Primera fase. El mercado local
Primero acometer el ámbito local,
limitado a la ciudad en que vives y quizá sus alrededores. Es importante
obtener un cierto éxito allí donde la gente te conoce, al menos, para saber si
la novela tiene algún mérito. Aunque los comentarios que vas a recibir de viva
voz sean elogiosos, tú tienes criterio suficiente para juzgar los matices, la
forma en que se dicen, para concluir si vale la pena continuar.
¿En qué consiste ese trabajo? En
un cúmulo de pequeñas actuaciones que empiezan por darte a conocer a la prensa,
tanto la escrita como la radio, contactar con los responsables de la sección de
cultura, normalmente, atienden a los autores de la cantera. Un consejo: dáselo
todo hecho (la foto y la biografía del autor, la imagen de la portada,
sinopsis, comentarios de los colegas, reseñas de los eventos, incluso la
entrevista ya escrita con la sarta de preguntas y respuestas), que no tengan
que inventar nada nuevo.
Pero antes, habrás tenido que
distribuir ─sí, tú mismo, con tu coche─ los libros en las librerías de la ciudad para que los lectores
interesados lo puedan comprar, tras haber escuchado un elogio en los
medios, sin olvidar a esas librerías de barrio que venden periódicos y un poco
de todo, sus propietarios suelen ser buenos prescriptores, incluso te dejarán
un rincón de su establecimiento, un domingo por la mañana, para que vendas tu
libro (con un porcentaje para ellos) y lo dediques a quien lo solicite (yo lo
he hecho tres veces en mi barrio, y he colocado 68 ejemplares). Y si tienes que
exponer en un mercadillo local en el que haya libros viejos, no te amilanes.
Hazlo, disfrutarás de lo lindo, aunque alguno te pueda acusar de desprestigiar
la profesión.
Resulta también eficaz hacer la
presentación del libro en bibliotecas y casas de cultura. Si haces propaganda
del evento (carteles colocados en sitios estratégicos, prensa y radio), y
cuentas con la colaboración de un presentador de prestigio, puedes conseguir
hasta 50 asistentes y, a su término, vender 20 ejemplares firmados, si pones la
guinda de un precio rebajado.
Al final, se trata de armar ruido,
cuanto más, mejor. El objetivo es que, a nivel local, consigas unos ingresos
suficientes para recuperar la inversión, eso se consigue con 300-400 ejemplares
vendidos. En esta primera parte, dedícate nada más a eso, a la promoción, es un
trabajo arduo pero produce satisfacción. Y cuando lo hayas conseguido, tienes
recursos económicos para pasar a la siguiente.
Segunda fase. El mercado global
Es el momento de dar el salto a
lo global. Y aquí no hay ninguna duda, lo global es Internet. Si las nuevas
tecnologías amenazan a la industria editorial, para el escritor diletante
representan una oportunidad. El año pasado, los títulos autoeditados fueron más
que los que publicaron las editoriales tradicionales. Y la Feria del Libro de
Fráncfort, que cerró el domingo pasado dedicó por vez primera un espacio
específico a este subsector, agrupado con un prometedor (o inquietante) título:
la próxima generación. La conjunción entre Internet, la edición digital y la
impresión bajo demanda ha empezado a dar sus frutos y los escritores han
empezado a comprender que ya no necesitan a los editores, lo cual no quiere
decir que éstos vayan a desaparecer, se especializarán en nichos o se centrarán
en los autores consagrados.
Hace unos meses, leí el caso de
Eloy Moreno, un joven castellonense de 37 años que decidió emprender su propio
proyecto editorial con su primera novela, “El bolígrafo de gel verde”. Primero,
tienda por tienda, y luego a través de Internet, llegó a vender más de 3.000
ejemplares. Este éxito hizo que la editorial Espasa decidiera reeditarla en
2011 y ya se han realizado trece ediciones, con más de 100.000 ejemplares
vendidos. La novela ha sido traducida al catalán, el italiano y el holandés y,
recientemente, al taiwanés. Todo un ejemplo.
Pues bien, si has superado la
primera fase, se trata ahora de situar tu novela en las tiendas de venta de
libros online. ¿En cuáles? En todas las que puedas. Te sugiero Amazon, Barnes
& Noble, Google Play, iBookstore, Kobo, Lulu, y Bubok para los lectores de
habla hispánica. ¿ Y cómo se hace eso? Los que saben dicen que es fácil, pero a
mí no me lo parece, hay que tener algún conocimiento informático, si no te
vuelves loco. Lo mejor, es contratar el servicio de un experto. Por menos de
100 euros y quizá un pequeño porcentaje sobre los ingresos obtenidos, lo puedes
conseguir, para el mantenimiento. Pero si lo quieres hacer tú mismo, en este
enlace encontrarás una buena ayuda.
Ya tienes tu libro colgado en los
portales más importantes del mundo al que acceden millones de compradores, pero
oculto en un bosque de también millones de libros. ¿Crees que alguien se va a
fijar en el tuyo? No. Tienes que hacer algo más. Igual te conviene hacer algo
de publicidad. Creo que no es una mala idea. Existen varias formas de hacerlo
sin gastar mucho dinero ─para eso tienes ese remanente que has obtenido en la primera fase─, pero
explicarlo igual exige un artículo nuevo más adelante. Mientras tanto, te
sugiero que leas la anécdota que nos cuenta José Antonio Espinosa en su blog.
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